miércoles, 27 de mayo de 2020

AMARSE A UNO MISMO SIN MIEDO


A ti, miedo, te llamo amigo, porque es lo que quiero ser contigo ahora mismo.

Tú eres mi amigo. Por mucho tiempo yo fui mi peor enemigo, porque fui yo la que permitió que me dominaras, que dominaras mi vida entera. Fui yo quien se aferró a las penas del pasado para así llenar mi presente de sufrimiento y sentirme menos que los demás.
He estado toda mi vida llena de inseguridades, dudas, resentimiento…pero solo yo y nadie más que yo fui la responsable de los problemas en mi vida. Un día de repente encontré la solución, porque era en mí donde estaban todas las respuestas. Yo fui la acusada, la jueza y el verdugo de mi propia vida. Yo misma me impuse castigos.
Ahora entiendo que no hay nada que perdonar, porque llegué a comprender que siempre he hecho lo mejor que he podido.
He comprendido que he sido una mujer muy vulnerable, y como yo, pienso que hay muchas personas en el mundo, en las que el miedo moldeó su personalidad igual que moldeó la mía.
Yo he sido capaz de cambiar mi vida a pesar de mis errores, y también aprendí que yo era mi propia dueña. En mí estaba el poder de mejorar, empoderarme, de cambiar y vivir en armonía conmigo misma y con los demás.   
Agradezco la oportunidad que tuve de oír, ver, sentir y saborear la OPORTUNIDAD de compartir con otros mi vida y la de amar a mis semejantes.
Hoy me deshago de mis viejos resentimientos hacia los demás y hacia mí misma. Hoy rompo las cadenas con las que YO MISMA me até. Hoy me amo y me acepto como nunca lo he hecho, y amo y acepto a los demás.
Hoy junto con mi empoderamiento voy a cumplir cada día mis metas.
Ya sé manejar mucho mejor el miedo y la culpa, he aprendido de mis errores y tengo control sobre mis pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.

Hoy es un buen día para…VIVIR y para despedirme de mi amigo miedo.

¡Me quiero!


P.D.: Atentamente, a la persona más importante de mi vida…YO.

Ana I. A.

miércoles, 20 de mayo de 2020

ETERNA CUARENTENA


La batalla para detener la pandemia de coronavirus, librada a partir del distanciamiento social y el aislamiento forzado está cobrando un precio psicológico muy alto.
No solo ha amenazado la salud física de millones de personas, sino también está causando estragos en el bienestar emocional y mental de las personas en todo el mundo, aumentando los sentimientos de ansiedad, impotencia y dolor unidos a la incertidumbre de un futuro que se antoja cada vez más incierto.
Son innumerables las noticias acerca de la importancia de cuidar la salud mental, de mantener rutinas destinadas a incluir hobbies para entretenernos, la realización de deporte, etc.; y también son muchas las noticias que aportan el gran valor que tiene de cuidar tanto la infancia como la tercera edad. Sin embargo, ¿en qué lugar se encuentran las personas con problemas de salud mental preexistentes en los tiempos de coronavirus?
Para muchas de estas personas que sufren problemas de salud mental, el aislamiento puede llegar a ser un infierno, la falta de actividad, de todas aquellas rutinas que les permiten alejarse del mundo en el que se hallan inmersos, del malestar, de la angustia incontrolada, de la falta de apoyo… y podríamos seguir numerando los sentimientos que recorren los cuerpos de estas personas, ¿dónde quedan? ¿no son noticia?
Solo queda dar las gracias a los profesionales que no escatiman en su esfuerzo por mejorar la calidad de vida de este grupo de personas en el que la salud mental se antoja como la cenicienta de un sistema de salud que denuncia, en tiempos de crisis, la falta de recursos y medios para combatir los problemas derivados del propio virus y del generado por el estrés y la ansiedad que este mismo está produciendo en dichas personas.
Por ello, tan solo queda añadir mi agradecimiento a este grupo de profesionales y como no, a todas aquellas personas que viven en una eterna cuarentena y lanzar un mensaje de esperanza y motivación para seguir luchando como lo hacéis a diario por mejorar y buscar la vida que siempre os habéis merecido. Vosotros ya vencisteis al virus y seguiréis venciendo todas las dificultades que el devenir os depare.




Cristian C.R

martes, 12 de mayo de 2020

Gracias


A mi ex:

Te conocí cuando tenia solo 16 años (tú 26) y en ese mismo instante me enamoré de ti.
Reconozco que te vi como un hombre que podía hacerme salir de casa de una manera muy sencilla (mi padre era muy estricto). Tú tenías coche y me hacías volar, y liberarme del núcleo familiar…eso era muy importante para mí; pero no sabía que ya me había metido en la boca del lobo, con algo mucho peor, algo tan malo que me ha desencadenado mi enfermedad mental. Pero eso es normal, porque siempre has tenido ese don de dominar, de ser tantas personas como quieras ser.
¿Sabes? Eres como un camaleón que cambia su color dependiendo de lo que mejor te convenga en cada ocasión.
Tú sabes cómo has abusado de mí, has visto cómo me hacías más pequeña ante ti, y me has robado con tus muchas artes a mi hijo, al que llevo ya doce años sin ver.
Ahora gracias a Dios ya no formas parte de mi vida, no hay posesivos entre tú y yo, sólo eres un prefijo: EX…y ya ni eso. La verdad es que no eres nada ni nadie.
Quizás si alguien lee esto puede presentir en mis palabras odio, rabia, resentimiento…pero os aseguro que es todo lo contrario. Yo ya no te siento, has desaparecido, y ahora puedo escribir, dibujar y colorear como yo quiera en una hoja en blanco.
¡¡Ojo!! después de tantos años de maltrato, estoy empezando con mi folio en blanco, todo a su tiempo, porque estoy dando pasitos pequeños pero fuertes y firmes, para que lo que dibuje a partir de ahora no me deje caer, y me haga ser más fuerte.
El tiempo es muy importante. La Asociación VIVIR, que fue una puerta que encontré abierta en un laberinto, acompañó mi tiempo y me están enseñando a dibujar mi nueva vida. Gracias a todo lo vivido contigo ahora estoy aprendiendo a valorarme y a observarme a través de los ojos de los demás.
Gracias porque me has dado la vida, me has hecho ver que no era esa persona pequeñita y miedosa, esa persona gorda y fea…NO, NO rotundo. Soy una gran persona, con un gran corazón y muy bonita por dentro y por fuera.
Muchísimas gracias por todo lo que me has hecho, ahora sé, gracias a ti, que jamás volveré a tener ningún tipo de relación con personas como tú, y eso es un gran aprendizaje.
Hoy, después de mucho tiempo, te digo adiós. Sin miedo, sin sentir pena por mí, y sin ningún sentimiento de culpa. Sin vergüenza, orgullosa de mi misma y de todo lo que he conseguido (gracias a mucha gente muy buena y profesional).
Gracias porque me has enseñado a ser libre, feliz, a ser dueña de mí misma, de mis pensamientos y prioridades.
Gracias a ti soy una mujer con muchas capacidades y tengo DIGNIDAD, y capacidad para explicar mi historia a quien quiera, cuando quiera…sin ser juzgada.
Gracias porque me has enseñado por fin a ser persona, una gran persona. Tan buena me has hecho ser, que hasta me das pena, pero ¡aguanta tu vida porque la mía ya está VOLANDO!


-Gracias-



Ana I. A.

viernes, 1 de mayo de 2020

Ilusiones


Os voy a contar algo positivo que tengo en la cabeza, y que me hace poder seguir adelante cada día.
Por ejemplo, siento que estoy mejor porque desde el CRPSL (Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral) tenemos ya (de manera virtual) clases de cognición social, gimnasia, una sesión para hacer una especie de diario de lo que hacemos durante la semana, nos vemos las caras, nos hablamos, nos reímos…estamos muy felices de vernos, y es algo muy positivo. Imaginaos cuanto de positivo, que estoy deseando que llegue la hora para poder conectarme y estar con mis compañeros; aunque no físicamente, pero sí unidos a tope y pasándolo genial.
Otra de las cosas buenas es que me he dado cuenta de las fortalezas que tengo. No quiero decir que no caiga en depresión, porque evidentemente a veces caigo en depresión y he tenido muchos problemas, pero sí que he aprendido a relajarme, que ya hacía mucho que no podía. Con mis sesiones de yoga, con mis sesiones de meditación, con mis respiraciones…esto lo hago por la mañana, a mediodía y por la tarde, y me encuentro muchísimo mejor.
También tengo muchísima ilusión porque vamos a cambiar de coche. Es algo que me hace bastante ilusión, porque el que teníamos está muy viejo. La suerte es que hemos encontrado el coche de nuestros sueños a un precio buenísimo (ahora le gente necesita vender). Fuimos los primeros en llamar, y además nos han dicho que nos lo guardan. Ya podremos ir a los sitios en coche y no siempre en bicicleta (además el coche lo tenemos que recoger en un pueblecito de Cáceres, lindando con Andalucía, donde tienen el mejor jamón de pata negra de toda España, así que me voy a comer por todos mis compañeros de la asociación unos buenos platos de jamón).
En estos tiempos que corren, en los que hemos (y aún estamos) en estado de alarma, sin poder salir, sin ver a nuestros familiares y amigos, son las cosas pequeñas en las que encontramos la felicidad. Algo tan simple como que me he cortado el pelo con maquinilla a mí misma, me produce una gran alegría. Realmente me siento bien, porque tenía un problema con la higiene de mi pelo, y ahora me lo lavo a diario. Ni que decir tiene que además estoy guapísima, y lo mejor de todo es que me lo he hecho yo.
Para terminar, hay algo que me hace especialmente feliz y me llena de expectativas en la vida. Estamos esperando a tener ya nuestra casa de Madrid,  para poder formalizar todos los trámites y todos los papeles, y poder irnos a vivir allí (cuando todo esto pase y volvamos a la “nueva normalidad”).  Podré llevarme a mi madre, no tendrá que estar sola, y es una casa que está adecuada para tener todos espacio, pero al mismo tiempo poder estar juntos.
Esta situación que vivimos me está sirviendo para ver la cantidad de gente buena que hay en el mundo, la cantidad de gente que está luchando por seguir adelante, luchando por la vida aun poniendo en riesgo la suya. Yo la verdad es que estoy bastante animada (aunque tenga mis recaídas) porque tengo mucho apoyo en la asociación y en el CRPSL.
Cuando todo esto acabe quiero viajar, descubrir lugares nuevos…me he dado cuenta que estaba cometiendo un grandísimo error al estar meses y meses encerrada en casa, sin querer salir. Con esto me he dado cuenta de que hay que vivir la vida, aprovechar el momento, y ahora empezar a vivir de nuevo. Ya sea en Cuenca, o en Madrid paseando en bicicleta por el Retiro y descubriendo cosas nuevas.

Vuelvo a tener ilusiones, y vuelvo a VIVIR.


Ana I. A.